Cultivo de mejillones en Galicia: las bateas mejilloneras

La batea de mejillones es una estructura flotante que fue diseñada en Galicia para el cultivo de mejillones y que ha conseguido posicionar a la región a la cabeza europea en la producción de estos sabrosos moluscos

El cultivo de mejillones en Galicia se remonta a la posguerra, concretamente al año 1946, donde comienza en Villagarcía de Arosa. En la actualidad, abundan las bateas en las Rías Gallegas, que proporcionan empleo y sustento a unas 10.000 personas. Existe, incluso, una Denominación de Origen del Mejillón de Galicia, con su correspondiente Consejo Regulador.

Además, el cultivo en bateas se ha convertido en patrimonio en Galicia; algo propio y peculiar de sus Rías, ya que en el resto del mundo se emplean otros métodos y estructuras.

Qué son las bateas de mejillones

 

Se trata de embarcaciones planas, con una estructura, generalmente de madera, diseñada para el cultivo del mejillón o miticultura. La parte superficial de la batea está construida con madera de eucalipto. Esta lleva anclada flotadores de fibra de vidrio, para mantenerla siempre en la misma posición sobre el agua. Luego hay una parte sumergida, donde se hallan las cuerdas donde se adhieren los mejillones.

Para comprender el porqué de esta estructura y del cultivo de mejillones en batea, primero hay que entender que se trata de un molusco absolutamente sedentario. La larva del mejillón nada libremente por las aguas durante un breve periodo de tan sólo cinco días. Y después, escoge la superficie a la que va a quedar permanentemente adherida.

La batea de mejillón permite obtener este tras el proceso de crianza, simplemente izando la cuerda donde el animal se ha adherido. El secreto para lograr que los mejillones se adhieran a las cuerdas es fijar en estas una determinada cantidad de semillas de mejillón. Por cada cuerda, se adosan unos 10-15 kilos de semillas.

¿Cuántos mejillones produce una batea?

 

La producción de mejillones en Galicia es absolutamente descomunal. En los tiempos actuales, alcanza un volumen medio de entre 40 y 80 toneladas al año por cada batea. En algunas ocasiones, incluso sobrepasa las 100 toneladas.

En conjunto, las rías gallegas producen hasta 250.000 toneladas de mejillones al año. De hecho, Galicia fue la zona de mayor producción mejillonera en todo el planeta, hasta que resultó desbancada en ese terreno por la República Popular China.

Cada batea consta de unas 400 cuerdas, cada una de ellas de 5 a 10 metros de longitud. Por cada metro, se obtienen generalmente unos 20 kilos de mejillón adulto.

¿Qué precio tiene?

 

El precio de la batea de mejillones depende de su ubicación, al igual que sucede con los bienes inmobiliarios. Solamente el artefacto ya roza los 60.000 euros de precio, por lo que supone una inversión presupuestaria importante. En zonas privilegiadas para la cría mejillonera, como O Grove o la ría de Arosa, los precios de la concesión mejillonera pueden alcanzar el millón de euros.

Ha de tenerse muy en cuenta que el mejillón es el segundo producto del mar con más mercado, por lo que la demanda de una batea de mejillones es alta.

Sobre la cría y cultivo del mejillón gallego

 

Como ya hemos mencionado, el mejillón es un animal muy sedentario, circunstancia que se aprovecha para su cría en las cuerdas de las bateas. El mejillón es un animal filtrador, que se dedica a filtrar nutrientes en suspensión en el agua para poder alimentarse. Su principal alimento es el fitoplancton. Por ello, se establece allá donde su nutrición esté asegurada.

La cría de mejillones tiene asiento privilegiado en Galicia por una razón fundamental. Y es que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la comunidad gallega es uno de los mayores depósitos de fitoplancton en todo el planeta.

 

Semilla y cuerdas colectoras

 

La actividad de cría de mejillones es también conocida como miticultura. En las rías gallegas, los miticultores son llamados también bateiros. Su actividad es arriesgada, y requiere de fuerza y destreza. El bateiro tiene que saltar a las rocas donde se hallan las semillas de mejillón, mejillas o mexillas, para poder recolectarlas.

Durante la temporada invernal, se lleva a cabo el encordado. Es cuando se adosan las crías de mejillón a las cuerdas de la batea, en las que se han pegado las semillas o mexillas con cemento.

Estas se envuelven en una red biodegradable de rayón. Se deja a las crías el tiempo suficiente para que se adhieran o embisen. Es decir, para que puedan adherirse a las cuerdas con su biso o capa de pelo. La operación puede realizarse manualmente, o por medio de máquinas especializadas: las encordadoras.

 

Desdoble

 

Es otra fase fundamental del cultivo de mejillones. Después del encordado para la cría de los mejillones, se dejan transcurrir 5 o 6 meses, y entonces se procede al desdoble. Se deben confeccionar cuerdas de densidad menor a las previas, y así se hace más fácil que el mejillón pueda crecer y desarrollarse.

Por cada una de las cuerdas de semillas, pueden obtenerse dos o tres cuerdas de desdoble, hasta el momento en que el mejillón haya de ser cosechado.

Cosecha

 

La cosecha y selección en una batea de mejillones en Galicia se lleva a cabo cuando ya ha transcurrido un año desde el desdoble. Las cuerdas son izadas a un barco con ayuda de una grúa. El mejillón se limpia con agua de mar, se selecciona por tallas, y se introduce en sacos.

Hay dos tipos de mejillones en el mercado: el que se destina a empresas transformadoras (principalmente conserveras), y el que se destina a su comercialización en fresco. Es decir, el que se venderá directamente en marisquerías y pescaderías y se servirá también en restaurantes. El primero se recolecta en verano, y el segundo en otoño e invierno.

En definitiva, la batea de mejillones es una estructura ingeniosa para lograr cosechar grandiosas cantidades de uno de nuestros alimentos preferidos. En este sentido, las Rías Gallegas cuentan con uno de los mejores emplazamientos del mundo para la cosecha de mejillones.

En Arroyabe apostamos por la máxima calidad de nuestros productos, por lo que nuestros mejillones en conserva están cultivados en batea de las Rías Gallegas, cumpliendo siempre el tamaño mínimo exigido para que puedas disfrutar de este fabuloso manjar gallego.

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