Tipos de conservas de pescado y sus características

Los diferentes tipos de conservas de pescado son como una metáfora de la amplísima variedad del mar. No solo te ofrecen una forma rica, segura y de alto valor nutricional para incorporar pescado en tu dieta diaria, sino opciones suficientes como para introducir variedad y no aburrirte nunca. ¡La vida es demasiado corta como para estar comiendo siempre lo mismo!

Te comentamos cuáles son los principales tipos de conservas según la materia prima y el modo de conservación, como principales criterios. Nuestro objetivo es informarte, pero también animarte a probarlas todas.

Clasificación según la materia prima

Una primera clasificación de los tipos de conservas de pescado ordena productos según las dos principales especies, según su aportación nutricional.

tipos de pescado en conserva

Pescados azules en conserva

Los pescados azules tienen un contenido más alto de grasas saludables, sobre todo, ácidos grasos omega 3. Son apreciadas por sus beneficios para el sistema cardiovascular y el nervioso, pero también por su sabor intenso.

Entre los pescados azules más consumidos en conserva están el atún claro, las anchoas, las sardinillas, el Bonito del Norte, la aguja, las angulas y la caballa. Además de grasas saludables, aportan proteínas, vitaminas y minerales imprescindibles en una dieta variada pensada para cuidarte y, a la vez, ayudarte a disfrutar de la comida.

Pescados blancos en conserva

Cuando busques una opción más ligera y digestiva, o simplemente variar el sabor e introducir otros nutrientes en tu menú, el pescado blanco en conserva también puede ser tu gran aliado.

El bacalao y la merluza son las variedades más habituales de cuantas te puedes encontrar en conserva. Resultan versátiles en cocinas y también contienen proteínas de alto valor, además de una cantidad baja de grasas que lo convierten en buena elección si quieres bajar o mantener el peso.

Mariscos en conserva

Técnicamente, marisco es todo animal marino invertebrado comestible, aunque solemos asociar el concepto solo a los crustáceos. Mejillones, berberechos, almejas, navajas o pulpo son moluscos que encajan en la categoría y que puedes consumir cómodamente en conservas.

Su sabor peculiar explica que haya verdaderos adeptos al arte de abrir una lata y degustar el contenido tal cual, con cerveza o una copa de vino. Pero, además de ese gusto adictivo, son una fuente de proteínas, hierro, zinc, yodo y calcio, entre otros nutrientes. Se trata de opciones saludables y ligeras por su bajo contenido en grasas.

Clasificación según el método de conservación

Los tipos de pescado en conservas también se pueden distinguir por el método de conservación (enlatado, salazón, deshidratado, ahumado, encurtido…) y por la materia prima que utilizamos junto al pescado en el proceso de elaboración de conservas. Esta influirá mucho en la jugosidad y sabor finales y, por tanto, también en los usos culinarios que se le dé.

En Arroyabe distinguimos tres, principalmente, pero todos ellos siguen un proceso previo similar: el pescado se captura en el mar usando artes de pesca sostenibles y luego, en la fábrica, se limpia, se somete a salazón (según la variedad), se despieza y se introduce manualmente en tarros de cristal o latas.

Conservas en aceite

Los aceites vegetales más empleados en las conservas son el aceite de oliva y el de girasol. Protegen al pescado de la oxidación, ayudan a preservar los nutrientes de manera natural y dan sabor y textura. Por eso son tan utilizadas tal cual en elaboraciones frías, como ensaladas, bocadillos y pintxos.

Conservas al natural

Cuando quieras degustar todo el sabor del pescado sin añadidos y asegurarte un aporte calórico bastante más ligero, puedes optar por este formato. Los envases llevan solo pescado y agua, lo que aporta una versatilidad mayor si quieres incorporarlo en recetas más elaboradas. Más aún si hay niños en casa, que suelen preferir los sabores más suaves, o bien ante alguna otra necesidad nutricional especial.

Conservas en escabeche

El escabeche es un método de conservación a base de vinagre de vino, que baña el pescado en un medio ácido en el que no tienen efecto los microbios que pudren los alimentos. Como sucede con algunas conservas en escabeche de Arroyabe, en España es frecuente que se le añada pimentón, lo que da sabor y tiene propiedades fungicidas. Hay procedimientos similares al escabeche documentados ya en el siglo I d.C.

Beneficios nutricionales de las conservas de pescado

Lo que conquista de las conservas es que proporcionan un alimento sabroso, versátil, económico y de larga duración que se puede consumir tal cual, tanto en días de prisas y falta de ideas como en aquellos en los que quieres ponerte creativo ante los fogones. Esa es su principal baza, de manera que no siempre reparamos en lo mucho que tienen que ofrecer a nuestra salud.

  • Contribuye al desarrollo y mantenimiento de tejidos, como los musculares, gracias a las proteínas de origen animal de alta calidad que también regulan otros procesos.
  • Mantiene tu salud cardiovascular, ocular y cerebral por su aporte de ácidos grasos omega 3, involucrados en la formación de membranas celulares. Cabe destacar que disminuye los triglicéridos y la acumulación de grasa en las arterias, ayudando a bajar la presión arterial.
  • Mantenimiento de un gran número de funciones en el organismo, ayudando a células y órganos, gracias al consumo de micronutrientes esenciales en forma de vitaminas y minerales.

Consejos para elegir conservas de pescado de calidad

La mejor manera de sacar el máximo partido a las conservas, tanto desde la parte práctica como desde la nutricional, es apostar por un producto de buena calidad. ¿Cómo puedes conseguirlo? Anota estos consejos útiles:

elegir conservas de pescado de calidad

  1. Comprueba el etiquetado. Te puede decir mucho sobre el producto: variedad de pescado, zona de pesca, método de conservación empleado, ingredientes extra, propiedades nutricionales y fecha de caducidad. Si sigues una dieta hiposódica, comprueba que no tiene sal añadida.
  2. Opta por productos de pesca sostenible y con métodos de elaboración artesanales. No solo te aseguras el sabor, sino el respeto al entorno y el mantenimiento de una actividad que es motor económico de una zona. Una manera de tener certezas es comprobar que la marca cuenta con sellos como el Certified Sustainable Seafood de la Marine Stewardship Council (MSC).
  3. Observa el producto. Es algo que permiten hacer bien los envases de cristal. Podrás ver los lomos o lascas de pescado en su tono claro y con una textura firme, lo que es indicativo de buena calidad y conservación.
  4. Piensa en el envase. El cristal permite valorar mejor el producto y podrá tener nuevos usos en tu hogar. La lata, por su parte, protege mejor de la luz y dura más, aunque tiene menos opciones de reutilización. Es aconsejable desechar otros materiales, como los plásticos, y dar prioridad a lo que sea 100% reciclable.
  5. Confía en marcas nacionales con una trayectoria contrastada. Marcas que poseen sus propias fábricas y que funcionan desde hace casi un siglo han depurado sus técnicas al máximo. Beben de la tradición y abren paso a la innovación, y confiar en ellas contribuye al desarrollo de tu propio entorno.

En definitiva, al consumir diferentes tipos de conservas de pescado, estás rindiendo homenaje a una cultura ancestral con múltiples beneficios para tu salud. Son una manera tan útil, práctica y saludable de introducir variedad en tu menú semanal que te invitamos a probarlas todas. ¡Es posible que tu favorita aún esté por descubrir!

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